jueves, 31 de mayo de 2012

A DESTIEMPO

Cada vez con más frecuencia, vive un día y no aspira a nada.
Contempla el árbol con marco de cielo:
Las ramas encendidas cual antorchas de guerreros,
el sol se desploma en las hojas del ciruelo;
y los días... que son tumba, que son pasos,
arrugas en la frente, cabellos blancos, cada vez menos dientes.
Los días que no ve,
que pierde en horas;
los días en sus moldes de infancia
que obligan a exhalar más de lo que respira,
esos días a tientas,
 temeroso de dejar la orilla;
lo van haciendo verde;
el viento, el agua
hoy lo enmohece,
y no puedo evitar sentirme triste,
¿Por qué ahora, cuándo lo había entendido...?

Sandra Vidal.
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