jueves, 20 de enero de 2011

Meditación II


Miro el cuerpo solo,
Lo que dura un grito, un sollozo
El fugaz brillo de los ojos …
como los besos que el amante juzga eternos

El terror de hallar vacio,
vence el esplendor del pensamiento,
y como el pez y la serpiente;
uno en agua , otro en tierra
se deslizan y se agitan en el mismo sitio,
sin poder jamás uno de ellos ir a donde va el otro;
así la mentira de las formas no nos deja ser más de lo que somos:
las pieles luminosas que “perduran”,
la brisa de la voz en los oídos.

Así esta boca que día a día descubre palabras, no es mía.
ni las manos que acaricias,
ni los risos cobrizos,
ni los oscuros ojos que pensaste tan míos…

Sólo apariencia que torna a ser fin:cenizas, residuos;
más los pasos que hemos dado ¿a dónde irán?


Sandra Vidal.D. R. ©

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