viernes, 6 de mayo de 2011

SEQUÍA


Esa palabra que despunta tus labios hacia el frente
que echada al viento era un abril ardiente,
un beso de luz entre los árboles;
no me la entregas más a mí.

Y no puedo decir nada
porque sé que no sabes dar
como el sol da a todos por igual.

Porque jamás, jamás, ni en cielos blancos
ni en prados florecidos podrás mirar;
pues ciego te has apegado a un bastón
como si fuera tu carne.

No me inquieta ya más nada:
tu naturaleza dormida,
tu tardo instinto
te hace más daño a ti:
te empolva, te envejece.

Tu amor de espadas
que no protege ni mata,
se ha secado como árbol sin nombre.

Sandra Vidal.D. R. ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario