martes, 24 de noviembre de 2009

PRIMERO SOY


Buscaba de la madrugada las tres caras
de aliento del vértice divino

Sumisa el alma de agua
volcaba las miradas con el brizar
pretencioso del viento

El siglo pálido de aurora
desterró las evocaciones inmensas del juicio
en el vapor de los días,
con el albor alado de las estrellas

Pensé de noche en la palma de la muerte
y miré la cintura agitada de los mares
y el abrir rítmico del cielo
que permitía subir y bajar por el delgado
resplandor del tiempo
¡Que grato el serenar de las pasiones!
¡Que gloriosa la ascensión del entendimiento!

La piel llorosa descansó en la tierra
se reservó a ella
era de ella
Cuando, como luminosa ave subió
al templo abierto llena
de latidos.

Sandra Vidal.D. R. ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario