Aliéntame el alma triste y bohemia,
danza de llanto cándido y áureo,
viento seráfico, cesa el mareo,
con ritmo de muerte, roja blasfemia.
Ajena vigilia ahora tan mía,
descubre tu seno de halo hechicero,
que invada un amanecer lisonjero,
que cese el dolor febril de esta arritmia.
Unta de mieles mi imborrable muerte,
manto de cruces, estela en mis huesos,
amoríos de ayer diáfano vierte,
cuando quemen sienes los largos rezos
y derrame el alma dolor de suerte,
ardor en mi aliento, luto de besos.
Sandra Vidal.D. R. ©
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