domingo, 22 de noviembre de 2009

TARDE

Lloraba la tarde sin motivo, sin cura,
sin razón lloraba…

Almas de cristal bañaron los caminos,
y el viento roto, sin manos
despeinó el día.

Las limpias hojas se afilaron de paciencia,
y luego el silencio de larga lengua
golpeó la tierra.

Sandra Vidal.D. R. ©

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